La Barraca valenciana, un símbolo de la arquitectura popular
Mucho del arraigo de la tradición valenciana proviene del campo, donde sus gentes trabajaban de sol a sol para sacar adelante las cosechas. El clima y la fertilidad de las tierras valencianas favorecieron esa cultura agrícola, que poco a poco se ha convertido en uno de los emblemas de la ciudad.
Una barraca valenciana de El Palmar
Tan solo unas pocas barracas, que alguna vez poblaron el paisaje valenciano, se mantienen. Y es que, con la llegada de la industrialización, pronto la urbanización fue ganando terreno a estas humildes construcciones. Además, los habituales incendios que se generaban, debido a los materiales de construcción y suelos que los labradores empleaban para elaborarlas (como barro, juncos, cañas o paja), y la falta de higiene conllevó la redacción de unas leyes que prohibían la construcción e incluso conservación de estas barracas. De esta forma, con los inicios del siglo XX, esta antigua vivienda rural comenzaría a desaparecer.
El hogar de huertanos y pescadores
La Barracas han sido el refugio de muchos valencianos. Aunque todas presenten por lo general la misma estructura, atendiendo a las necesidades de sus moradores, se pueden distinguir dos tipos: la barraca de huertanos, situada en los campos de cultivo; y la de pescadores en la playa, aunque estas eran menos frecuentes.
La huertana era la que más primaba, ya que los agricultores construían sus viviendas cerca de su parcela, para darle toda la atención que la explotación intensiva requería. Las construcciones solían ubicarse principalmente en las comarcas de l’Horta, y Ribera Baixa y Alta, así como en la Albufera donde se pueden encontrar de ambos tipos.
Detalles que no debes escapar si visitas una barraca
Respecto a su construcción, todas las barracas cuentan con una puerta en cada lado de la fachada, así se facilitaba la circulación del aire. En la parte superior está el desván o andana, al que se accede a través de una escalera de mano. Esta parte de la casa solía utilizarse para la cría de gusanos, por lo que si alguna vez has escuchado eso de hacer una “andanada” ahora ya sabes a que se refieren.
Otra curiosidad, es una teoría que si bien no hay pruebas suficientes que la corroboren, ha ido pasando de generación en generación. La historia dice que las cruces de madera situadas en cada extremo de lo alto de la barraca eran para diferenciar los cristianos viejos de los moriscos. Sin embargo, lo más seguro es que se tratase de un símbolo piadoso.
Las barracas hoy en día
A pesar de la decadencia que sufrió esta construcción popular, se pueden encontrar barracas en buen estado, que los valencianos aun conservan como recuerdo de aquellos años de labranza. De esta forma, se pueden ver barracas en El Palmar principalmente, en Catarroja donde se puede visitar una exposición-museo, y cerca de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
Algunas barracas que podrás encontrar cerca de Hostal Andrés, y merecen la pena visitar son la “Barraca dels Arandes” y “La Barraca de Amparo” en la Albufera y El Palmar.
- La barraca dels Arandes es una de las más antiguas, y se encuentra en mitad de edificios actuales. Aunque no es posible recorrer el interior, sí se puede contemplar desde el exterior y ver el contraste con la urbanización que la rodea.
- La barraca de Amparo se encuentra cerca de un canal de la Albufera. La construcción reformada acoge visitas, además de ofrecer otros servicios como tours, de manera que permite apreciar con detenimiento el interior, con su tradicional decoración, estructura y distribución.
No hay mejor sensación que disfrutar de la cultura autóctona, de las tradiciones de los lugares que visitas. Las barracas valencianas son sólo una parte de todo lo que Valencia esconde. Así que ya sabes, no esperes y comienza a descubrir.
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